Musicoterapia en Trastornos del Espectro Autista: Bases del Abordaje

Parte de la fundamentación para la inclusión de la Musicoterapia en un dispositivo interdisciplinario de atención ambulatoria para niños con TEA es el estudio del desarrollo evolutivo de las funciones musicales, partiendo de la premisa de que todas las personas somos capaces de desarrollarlas más allá de presentar algún déficit o patología. Será necesaria también la comprensión del sustrato neurobiológico de la música y la implicancia cerebral en el procesamiento de la misma.

La actividad musical es una de las pocas que posee carácter bi- hemisférico, en donde todo nuestro cerebro, a partir de la plasticidad neuronal, se pondrá en movimiento en pos de una experiencia musical.

Podemos aseverar que la Musicoterapia posee una herramienta eficaz y técnicas específicas que la hacen capaz de habilitar y rehabilitar funciones neuronales. Llevando este concepto a niveles más concretos, observamos que tanto el hacer como el escuchar música, comprende al cuerpo en su totalidad.

La música es un lenguaje que facilita la socialización de los individuos y les implica el uso de un sistema expresivo que no encuentra paralelismo en otros sistemas simbólicos. De esta forma podemos apreciar que la actividad musical brinda hoy la posibilidad de examinar mecanismos que el cerebro organiza a la hora de coordinar varias operaciones simultáneas, permitiéndonos una comprensión que va más allá de la relación música- cerebro.

Tomar conciencia de que frente a una experiencia musical se ponen en juego funciones cerebrales distintas a las que se desarrollarían a partir del lenguaje verbal, nos permite comprender cómo, por ejemplo, pacientes que no poseen o han perdido su lenguaje verbal pueden comunicarse a través de la música, o cómo pacientes que sí lo poseen encuentran en lo sonoro una vía distinta y facilitadora para el despliegue de su malestar y/o la resolución del mismo.

Respecto de esto es importante mencionar el tema de la Génesis de las Funciones Musicales (Ferrari, K., 2007). Esta conceptualización comienza a tener total relevancia en estos últimos años en el terreno de la investigación en Musicoterapia. Varios autores musicoterapeutas y de otras disciplinas se encuentran estudiando acerca de la existencia de aptitudes musicales innatas inherentes a la especie humana que pueden ser ampliadas y desarrolladas posteriormente. Esto llevaría a pensar que cualquier persona, más allá de la existencia de una patología, podría relacionarse a partir del lenguaje musical.

Por otro lado, es necesario comprender que estas funciones musicales que se irán adquiriendo a lo largo del desarrollo evolutivo normal de un niño serán moldeadas por el entorno cultural y la acción de los procesos formativos.

El abordaje de Musicoterapia con pacientes TEA está fundamentalmente centrado en el paciente. Todas las técnicas, metodologías y actividades que se utilizan en sesión responden a los objetivos planteados específicamente para cada paciente. Así, se consideran los aspectos cognitivos, sociales, comunicativos y emocionales del paciente, sin excluir su dimensión motora y sensorial.